jueves, 6 de agosto de 2009

Cuando

Cuando entiendas que no hay tiempo te vas a dar cuenta que pasado, presente y futuro es todo lo mismo. A veces la solución a nuestros problemas está en el futuro. La esperanza, los sueños, los deseos, son soluciones en el futuro a nuestros problemas de hoy. Y otras veces, la solución está en el presente. Pero las ataduras del pasado o los temores del futuro son cadenas que nos tienen apresados. El tiempo es relativo. Podemos estar en el mismo momento pero en tiempos distintos. O podemos estar en distintos tiempos en el mismo momento. Pero las cosas verdaderas no tienen tiempo.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Me caigo y me levanto - Julio Cortazar

Nadie puede dudar de que las cosas recaen. Un señor se enferma, y de golpe un miércoles recae. Un lápiz en la mesa recae seguido. Las mujeres, cómo recaen. Teóricamente a nada o a nadie se le ocurría recaer pero lo mismo está sujeto, sobre todo porque recae sin conciencia, recae como si nunca antes. Un jazmín, para dar un ejemplo perfumado. A esa blancura, ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo? El mero permanecer ya es recaída: el jazmín, entonces. Y no hablamos de las palabras, esas recayentes deplorables, ni de los buñuelos fríos, que son la recaída clavada.

Contra lo que pasa se impone pacientemente la rehabilitación. En lo mas recaído hay siempre algo que pugna por rehabilitarse, en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda, en los poemas de Pérez, en Pérez. Todo recayente tiene ya en si un rehabilitante pero el problema, para nosotros los que pensamos nuestra vida, es confuso y casi infinito. Un caracol segrega y una nube aspira; seguramente recaerán, pero una compensación ajena a ellos los rehabilita, los hace treparse poco a poco a lo mejor de sí mismos antes de la recaída inevitable. Pero nosotros, tía, ¿cómo haremos, cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído si por la mañana estamos tan bien, tan café con leche, y no podemos medir hasta dónde hemos recaído en el sueño o en la ducha? Y si sospechamos lo recayente de nuestro estado, ¿cómo nos rehabilitaremos? Hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña, al terminar su obra maestra, al afeitarse sin un solo tajito; no toda recaída va de arriba a abajo, porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está. Probablemente Ícaro creía tocar el cielo cuando se hundió en el mar epónico, y Dios te libre de una zambullida tan mal preparada. Tía, como nos rehabilitaremos?

Hay quien ha sostenido que la rehabilitación sólo es posible alterándose, pero olvidó que toda recaída es una desalteración, una vuelta al barro de la culpa. En efecto somos lo más que somos porque nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad y la conciencia y los pies limpios. Un recayente es entonces un desalterante, de donde se sigue que nadie se rehabilita sin alterarse. Pretender la rehabilitación alterándose es una triste redundancia: nuestra condición es la recaída y la desalteración, y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera, que por lo demás ignoro. No solamente ignoro eso sino que jamás he sabido en qué momento mi tía o yo recaemos. ¿Cómo rehabilitarnos, entonces, si a lo mejor no hemos recaído todavía y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados? Tía, ¿no será ésa la respuesta, ahora que lo pienso? Hagamos una cosa: usted se rehabilita y yo la observo.Varios días seguidos, digamos una rehabilitación continua, usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo. O al revés, si prefiere, pero a mi me gustaría que empezara usted, porque soy modesto y buen observador. De esa manera, si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación, mientras que usted no le da tiempo a la recaída y se rehabilita como en un cine continuado, al cabo de poco nuestra diferencia será enorme, usted estará tan por encima que dará gusto. Entonces, yo sabré que el sistema ha funcionado y empezaré a rehabilitarme furiosamente, pondré el despertador a las tres de la mañana, suspenderé mi vida conyugal y las demás recaídas que conozco para que sólo queden las que no conozco, y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos, tía, y será tan hermoso decir: "Ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado, el mío todo de frutilla y el de usted con chocolate y un bizcochito.

Yo conosco....



Yo conozco a la mujer que te ama, en realidad es mi mejor amiga, es voluble, lo sé y a veces me cuesta tanto trabajo entenderla, pero es tierna y cariñosa y cuando escucha tu nombre, sus ojos brillan y su corazón se abre.
Te voy a decir algo... Tómalo como un secreto, ella me pidió que no te lo dijera, pero creo que es muy importante que tu lo sepas...

Te extraña y a pesar de negar que te ama, conmigo ella no puede disimular.

Cuando escucha tu nombre te añora, cuando teme encontrarte se inquieta, guarda tu foto y la ve cuando quiere, recuerda tu teléfono y le duele no poder llamarte, platica con tus amigos, aún sabiendo que ellos no la pueden ver igual.

Créeme, le ha sido muy difícil vivir sin ti.

A veces, en medio de una frase corrida, cierra sus ojos y no puede continuar. En esos momentos yo adivino que tú haz llegado a su mente, y a ella le duele recordar.

Al principio ella hablaba mucho de ti, no creía que te había perdido y su tono de voz al hablar sonaba algo... Divertido.

Pero el tiempo cambió y ella ya no te nombra, yo sabía que no era porque no quisiera, simplemente comprendía que ya no te tenía, y el nombrarte le hacía daño.

A veces llora y dice que se siente mal, pero yo conozco mejor que nadie esas lágrimas y se que tú eres quien las provoca.

Otras veces cuando duerme, pide a Dios que te cuide, aunque en realidad preferiría hacerlo ella misma.

Le es difícil aún cuando presume. Te es fiel porque tú no sales de su mente. No, nunca me lo ha dicho, nunca hemos hablado de ti, y no hace falta, la comprendo porque el silencio irrumpe su alegría y porque la presencia de otro hombre le es indiferente, ella daría todo porque tú volvieras, yo lo sé y dudo que lo creas.

No te quiere llamar, no se quiere llamar, no se quiere arriesgar porque si tú te negaras algo en ella moriría.

Si la vez con otros hombres, recuerda que sólo en ti piensa y que reconoce de inmediato (soy yo) tu voz.

Tenía que decírtelo, tenías que saberlo, y si te sorprende saberlo y quieres saber su nombre, conoces el mío y con eso basta...


Has cambiado

Estas ahí sentado tan callado a una distancia mínima de mis brazos y sin tocarte te miro y me callo, te contemplo, te observo y te atrapo.

Y sin decir una sola palabra escucho el silencio que presencia nuestra soledad, puedo sentir los latidos de tu corazón y como el aliento fresco que respiras se aproxima a mi lado, lo exhalo y ambos suspiramos. Descubro el significado del silencio y como el clíma es totalmente realizado; es solo el comienzo de la larga despedida que es la agonía de no tenerte, entonces mi corazón se embarga, pero solo de pensar en el momento me llena de satisfacción, luego descubro que te amo y que el silencio es el consejero de mis noches de desvelo; porque es así como disuades mis pensamientos.

Entonces seguimos en el juego donde nuestros mediadores el tiempo, la soledad y el silencio evalúan nuestras intenciones, llego a la conclusión mas clara de mi vida, la determinación del yo revelado ante tu persona.

Hablas en tu silencio, que casi puedo descifrar lo que dices, ¿me quieres? lo gritas; estas tan asustado que tienes miedo que te engañen, que jueguen contigo, no quieres entregarte por que temes sufrir, y te comprendo, entonces no puedo consolarte, sufro por tu silencio.

No tengo una palabra exacta para expresarte la tiranía de las mujeres pero en mi caso es diferente y solo mirarte te respondo ¿lo dudas? sin proferir un solo, un leve acento.

Te amo con todo mi corazón y es todo lo que tengo por decirte con un amor tan intrínseco que si no te dijera que te amo lo sabrías escuchando su latido; es por eso que mi silencio junto al tuyo te dice lo que pienso “jamás sabremos si amamos si a quien amamos dejamos escapar”.

Eres mi única esperanza, mi ilusión más grande tenerte a ti como mi amado, porque te quiero no para dar espectáculo, sino porque amo lo que llevas dentro. Pero como vez aquí estoy yo, no se lo que piensas, solo estoy sentada esperando tu respuesta, no tengo miedo porque he dejado intacta, prendada mi ilusión en tus manos porque mis tiempos están en tus brazos.

Has cambiado mi vida en forma radical, he visto en el brillo de tus ojos como del cristal, no te puedo jurar por mi santa madre, ni por DIOS que fue el creador de tu divina presencia, ni por el cielo, ni las estrellas o la inmensa Luna que cubre el manto de la noche y baña los lejanos valles y llega su corola en las noches frías a los copos florecientes de los árboles que te amo, porque no quiero que mi amor resulte tan cambiable, o tildes de liviana mi conducta al considerar perjuras mis promesas, solamente quiero jurar por tu santo nombre que es el dios de mi idolatría y que el intercambio de mis votos de amor queden sellados en nuestros corazones.